Cráneos inflamados gestan
misterios míseros de un pestañear kilométrico. El sentimiento postrado es una vela
derretida en ósculos lindos, el fracaso del deseo lamió tu entrepierna, a
veces, el anhelo es un eclipse que observa de lado.
Ícaro miró sus alas,
ahogado en vasos de ginebra se destrozó la cara, saludó a la muerte echándose a
la deriva, su epitafio aun se escucha en el hades, dos monedas lo acompañan…
Tu vida es mía ya que te
amo
Polly Juana Revueltas
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